"Escribir "Estricnina" Ha sido un proceso un tanto anárquico, lo reconozco. Pero también una catarsis contra la rutina y el desaliento de la vida cotidiana."
Su primera novela ha sido finalista del XXXIV Premio Internacional de Novela Felipe Trigo, y aclamada por prestigiosos portales literarios como "Libros prohibidos" y por multitud de lectores que han querido dejar su huella en Amazon. Hoy nos visita Mercedes Sánez, autora de "Estricnina".
M.B.Vigo: Bienvenida, Merche. Es todo un
placer recibirte en "Las mentiras que escribí", después de haber
reseñado tu novela, con tanto entusiasmo.
M.S.: El Placer es mío, Miriam. Y sobre
todo el agradecimiento por el eco que, desinteresadamente, estás dando a mi
novela. Viniendo de una acreditada escritora como tú es todo un honor.
M.B.Vigo: Un título con nombre de veneno,
difícil de recordar, aunque muy llamativo. Y en la portada, un monaguillo
dibujado. Extraña combinación para llamar la atención, pero parece
que ha funcionado... ¿Cómo y por qué es lo primero que ve el lector de
"Estricnina"?
M.S.: Ambos, título y portada, fueron
una apuesta de riesgo. El título, por ser una palabra extraña y difícil de
pronunciar pero que, para bien o para mal, no pasa desapercibida. La elección
del monaguillo con el cura detrás la tuve clara desde el principio; creo que
refleja perfectamente la esencia del libro. Sabía que me arriesgaba a disgustar
a dos tipos de público. Por un lado a las personas católicas –incluida mi
familia- que podrían tomarlo como una provocación o una crítica mordaz hacia la
Iglesia. Por otro, a la gente reacia a la religión, a quienes la imagen del
monaguillo les puede resultar antipática y pasada de moda. Seducir a estos dos
grupos también fue una de mis metas. Demostrar que a veces las apariencias engañan.
Y que vivir con la mente abierta siempre es más enriquecedor que los juicios a
primera vista.
M.B.Vigo: Has conseguido posicionarte como
una de las autoras mejor valoradas, cuya calidad literaria está siendo
anunciada en diferentes blogs y otros espacios literarios. Además de esto,
ofreces una novela muy diferente a otras muchas que llenan Amazon. ¿De dónde
nace y cómo crece "Estricnina"?
M.S.: Lo cierto es que la gran mayoría
de las opiniones son favorables, y tanto lectores particulares como
prestigiosos blogs recomiendan mi novela haciendo hincapié en su calidad
literaria. Sin embargo todavía queda mucho trabajo por delante para
considerarme como dices una “autora mejor valorada”
Estricnina nace
como una apuesta personal. Un “¿Seré capaz de construir algo más grande?” tras
haber conseguido el reconocimiento en varios certámenes de relatos. El germen,
es decir, la idea de esconder la cajita bajo el hueco de la escalera, surge de
una anécdota que me sucedió cuando tenía seis años. Aquel día, el sacerdote del
barrio me reprendió duramente por aplaudir en la iglesia durante los cantos que
preparábamos para la Primera Comunión-por lo visto en aquella época también aplaudir
era pecado, je- y yo misma pensé en esconderme
ahí para retrasar la inevitable regañina de mi madre. Escribí esa anécdota como
primer paso. Y poco a poco la fui
tergiversando y rebozando con multitud de ideas que fueron surgiendo
sobre la marcha. Ha sido un proceso un tanto anárquico, lo reconozco. Pero
también una catarsis contra la rutina y el desaliento de la vida cotidiana.
Escribía en cualquier lugar. Mientras planchaba o cocinaba. Durante los
momentos de tregua en las guardias del hospital. Sin método ni horario. Un
caos, vaya. Y sin embargo, ¡no ha salido tan mal!
M.B.Vigo: Siempre es algo de agradecer el
que los autores de este país utilicen las posibilidades de
la geografía española para ambientar sus obras... Parece que la trama de
tu novela así lo necesitaba. Se refleja la España más castiza y más
tradicional, incluso más católica. ¿Son importantes las raíces para escribir?
M.S.: Las raíces son importantes
siempre, para escribir y para vivir. Con el discurrir de los años voy
percibiendo que la infancia me ha marcado más de lo que yo creía. Y que guardo
de esa época recuerdos imborrables. Durante las primeras etapas de la vida, al
ser nuestras preocupaciones y stress menores, somos esponjas vivientes. Tenemos
los poros abiertos. Nos empapamos de todo cuanto sucede a nuestro alrededor
–personas, situaciones, lugares- y lo llevamos tatuado en la piel para siempre.
Por eso es esencial que nuestra actitud de adultos sea un referente. Tomar
conciencia de que los niños que pululan a nuestro alrededor se están empapando
de lo bueno y malo que sepamos ofrecerles.
"Para comprender la vida y sus avatares prefiero leer a las personas y sus circunstancias. A los lugares y sus paisajes. A los momentos y su magia. Aunque no sea políticamente correcto decirlo aquí, no todo se aprende en los libros."
M.B.Vigo: Tu novela está protagonizada por
un personaje masculino, Ignacio. No es algo generalizado, pero sí que es cierto
que es común que las autoras escriban desde el punto de vista de una mujer, y
viceversa. ¿Ha sido un reto para ti poner tus letras a disposición de un
hombre?
M.S.: Ha sido el mayor reto, sí. Pero
lo consideré necesario para que la gente no me identificara con el personaje.
Un protagonista femenino ubicado en los lugares donde yo he vivido hubiera sido
el sustrato perfecto de la pregunta: ¿es autobiográfico? Y no, no lo es. Es una
historia totalmente inventada, Aunque como telón de fondo aparezcan escenarios,
personajes y situaciones que inevitablemente surgen de vivencias propias. Ponerme
en la piel de un hombre ha sido divertido. En cualquier lugar me descubría a mí
misma escuchando conversaciones de hombres para tratar de asimilar el tono, las
expresiones, los giros… Creo que alguno se mosqueó al percibir que estaba
metiendo mis narices en sus asuntos. (¡Je!)
M.B.Vigo: Adeline, la profesora de francés
y amiga de la infancia de Ignacio es el toque femenino más poderoso de la
novela. ¿Qué hay detrás de esta peculiar mujer? ¿Cuáles son los entresijos de
su relación con Ignacio? Porque, desde luego, es algo más que una amistad, pero
tampoco podríamos decir que es un romance convencional...
M.S.: Concebí la personalidad de
Adeline como el contrapunto de la de Ignacio. Una mujer segura de sí misma a la
que jamás importó el qué dirán. Fascinante
pero también superficial y manipuladora. Ignacio necesitaba a alguien con ese
carácter para sacarle de su letargo vital. Y también sexual… Sin embargo, son
dos personalidades divergentes. Ella busca el misterio, él la tranquilidad y
fundamentalmente la reconciliación emocional consigo mismo. Por eso no ha lugar
un romance del tipo: “fueron felices comieron perdices”. ¡En realidad no pegan
ni con cola!
M.B.Vigo: "Estricnina" es tu
primera novela publicada. Su narrativa de calidad, su desarrollo tan correcto y
su calidad innegable, parecen esconder a una autora con mucha experiencia y
consagrada en el mundo literario. ¿Cuándo nace tu pasión por escribir? ¿Y
durante cuánto tiempo estuviste trabajando en esta obra?
M.S.: De jovencita escribía canciones y
poemas, ocasionalmente acompañados de unos acordes muy básicos con la guitarra.
Después, la vida, el trabajo, la rutina, los hijos… me mantuvieron alejada
de las letras durante demasiado tiempo. ¡Justo hasta que la crisis de los
cuarenta me salvó! Fue entonces cuando, como una imperiosa necesidad vital,
retomé esta costumbre que a día de hoy se ha convertido en un vicio.
Estricnina ha
ocupado aproximadamente dos años de mi tiempo. A ratos perdidos, como ya he
dicho. Más o menos un año y medio de escritura y seis meses más de pulir y
retocar. ¡Si fuera por mí todavía seguiría haciéndolo! Porque reconozco que soy
muy perfeccionista en cuanto al estilo. Pero al quedar finalista en el certamen
Felipe Trigo decidí que era el momento de dejarla volar tal y como estaba. Con
sus aciertos y sus gazapos. Y emprender nuevos proyectos
M.B.Vigo: Detrás de un escritor, suele
haber un ávido lector. ¿Qué obras nos encontramos en la biblioteca personal de
Merche?
M.S.: Siempre temo a esta pregunta
porque me obliga a reconocer que no he leído tanto como debiera. ¡Mea culpa! Y
a esforzarme en suplir a marchas forzadas este imperdonable desaguisado de mi
biografía. Es cierto que en mi casa hay muchos libros. Muchísimos. Pero ni
todos son míos ni he leído un porcentaje suficiente de ellos. ¿Temas?
Variopintos. Me gusta ojear de todo. Desde huerto ecológico hasta poesía, pasando
por biografías, arquitectura y novelas sobre todo de escritores consagrados. A
día de hoy procuro leer también a escritores noveles. Sin embargo reconozco que
soy muy crítica y sólo me termino un libro si realmente me engancha tanto por
trama como por calidad narrativa. ¿Imperdonable? ¡Quizá, pero me quedan tantos
libros imprescindibles por leer! Ensayo leo poco, y libros de autoayuda menos.
Para comprender la vida y sus avatares prefiero leer a las personas y sus
circunstancias. A los lugares y sus
paisajes. A los momentos y su magia. Aunque no sea políticamente correcto
decirlo aquí, no todo se aprende en los libros. La vida es la mejor escuela.
M.B.Vigo: Pasar de escribir a solas e
íntimamente a publicarse, es un salto importante. ¿Ha cambiado algo desde que
tus letras forman parte del mercado editorial?
M.S.: ¡Sí! ¡No se lo digas a nadie pero
publicar una novela es la fórmula magistral para dejar de ser invisible! Me
explico. Antes hacía lo mismo que ahora. Era una mujer-madre-esposa-enfermera
que siempre llevaba un netbook bajo el brazo. Pero nadie me paraba por la
calle, ni por los pasillos del hospital para felicitarme por mi trabajo. Ahora,
sin embargo, quienes han leído el libro me hacen sentir como una heroína. ¡Y
gente con la que me habré cruzado cien mil veces sin recibir de ellos ni un
hola ni un adiós ahora me sonríe y saluda! Es curioso, porque sigo siendo la
misma mujer-madre-esposa-enfermera con un netbook bajo el brazo. Pero añadir la
palabra escritora a mi currículum ha sido como encender una bombilla a mi paso.
Esta situación por un lado me halaga y por otro me intimida, porque siempre he
preferido pasar inadvertida. La reflexión que obtengo es que la gente tiene la
escritura en un lugar muy alto de su escala de valores. Y eso es bueno.
M.B.Vigo: Y, por último, para finalizar...
¿Estás trabajando en algún proyecto del que puedas hablarnos?
M.S.: Siempre tengo varios proyectos en
marcha, muchos de ellos sin relación alguna con la literatura. Y a cada uno voy
dedicando tiempo según me lo pide el cuerpo o el alma. Por eso no me gusta
adelantar acontecimientos. ¡No sea que se me cruce otro “enredo” entre ceja y
ceja y al final se vayan a pique! Sí puedo decirte que estoy escribiendo otra
historia. Que por tamaño y trama bien pudiera ser una novela. Pero que sólo
verá la luz cuando esté convencida de que está a la altura de mis lectores.
Ellos me han dado su confianza. Un apoyo incondicional e impagable. Y no me
perdonaría decepcionarles.
M.B.Vigo: Muchísimas gracias por tu tiempo
y por tu amabilidad. Esperamos volver a leerte muy pronto.
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