martes, 5 de enero de 2016

#LITERATURA: Estricnina, el pasado y sus fantasmas // ****






Ha sido muy bien acogida por la crítica "Estricnina", de la autora logroñesa Mercedes Sáenz Blasco, que se presenta ante el mundo literario con esta obra de suspense contemporánea, que está logrando hacerse un hueco entre los talentos emergentes de nueva escritura.

Seduce, desde el primer momento. Las letras de la escritora ya dejan entrever una talentosa habilidad para atrapar hasta el lector más escéptico, moviendo los hilos de forma silenciosa pero imparable. La historia avanza al ritmo preciso, sin ser acelerado, con la decoración y el mimo necesarios, y otorgándole una personalidad idónea a cada uno de los personajes. Es inapreciable, pero ahí está. Y el suspense servido como plato fuerte, pero sin caer en la aburrida redundancia. Se me ha antojado curiosa y poderosa, aunque empuñando un arma que a veces puede flaquear si no se sujeta con fuerza.

Ambientada en la España profunda, con cierto desarraigo, se nos presenta a un protagonista anodino que no encaja de buenas a primeras, pues su carisma carece de encanto. Sin trabajo, divorciado y con un hijo que custodia su ex mujer, parece un espíritu obligado a ser libre. Con un futuro que da coletazos hacia la incertidumbre, Ignacio se ve obligado a desenterrar sucesos del pasado que había preferido olvidar: el cura al que servía de monaguillo asesinó a su madre.

Gran importancia, como no, cobra el personaje femenino, Adeline, profesora de francés de Ignacio,  que responde a los tópicos de la figura de una mujer fuerte y algo frívola que servirá de pilar y de sofocos al protagonista. Su papel, aunque parece secundario en un primer momento, resulta vital para el desarrollo de la historia que recae en estas páginas.

Como decía, la narración de Mercedes Sáenz es digna a tener en cuenta, aunque me ha provocado sensaciones contrapuestas. No recuerdo haber leído nada con unas características similares. Por momento parece pecar de simpleza pero, sin más, un hecho puntual vuelve a engranar la curiosidad y la explosión de la historia. ¿Un juego con el lector? Es posible. 

He conseguido que, tras pasar el ecuador de la obra, me haya acostumbrado a la narrativa y a la figura de Ignacio, Nachete, como narrador en primera persona, y he conseguido adherirme bien a esta nueva forma de expresión de la escritora. La trama, a pesar de ciertas licencias tan necesarias, es innegablemente buena, original y fresca. Muy ágil y diferente.

Empiezo las lecturas del 2016 y ya me he tropezado con esta pequeña joya. Sin lugar a dudas, la recomiendo a pesar de lo señalado anteriormente. La escritora promete, y mucho. Además, "Estricnina" contagia con el veneno de la adicción. Una lectura que es difícil de abandonar.

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