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domingo, 25 de octubre de 2015

#CRÍTICA DE MARAFARIÑA, por Juanjo Tur Varo (autor de 'Lo que sí quisiste hacer')


Es todo un placer para mí, compartir con vosotros la completa y emocionante reseña que Juanjo Tur Varo, escritor de la brillante novela 'Lo que sí quisiste hacer' publicada con Edítalo-Contigo, ha regalado a Marafariña tras su lectura. Tan sólo puedo darle las gracias y enviarle un muy afectuoso abrazo por haber entrado en la verde espesura y haber concedido estas palabras tan sinceras y bonitas.

"Marafariña es una obra rica en detalle, de modo que es densa en su buen y, quizá, mal sentido. Seré breve, pero honesto, a la hora de hablar de lo que en parte me ha disgustado, y es que la cantidad de páginas de esta novela son posiblemente demasiadas, a pesar de que estén dedicadas a explicar cómo son las protagonistas, cómo se sienten y se expresan, sus miedos y deseos; también el entorno, no hay mesura en lo descriptivo, lo que a mi juicio frena, en algunas ocasiones, la acción de la que está anhelante el lector.

No obstante, estas mismas descripciones no son lo criticable, todo lo contrario, son lo que le dan a la novela su autenticidad, la brillantez que supone, su emocionalidad y unicidad; Marafariña es una historia relatada como pocas que haya leído en lo que respecta la introspección, así como en la fusión con el ambiente y la naturaleza. Critico la longitud del escrito –con cuidado de ser algo hipócrita, pues mi modo de escribir es también rico en detalle descriptivo–, pero sería una barbaridad y falsedad hacer lo mismo con el contenido, significado y emocionalidad de lo que está escrito, que no es nada menos que una novela que apenas cambia de emplazamiento, que se centra en demasía en los sentimientos e ideas de únicamente dos muchachas, pero que engancha debido a su nivel de cambio y generación de expectativa, y a que, de un modo paradójico, nunca se repite sino que todo lo redactado te descubre cada vez más a personajes irrepetibles como son Ruth, Olga y el terreno de la propia Marafariña.

El nivel de detallismo que utiliza la autora para describir el entorno rural, el bosque, la costa, el clima gallego… no tiene desperdicio alguno. Podría intentar dar más puntos por mi parte, pero animo a que os atreváis con su lectura, y descubráis por vosotros mismos la genuina Marafariña. Además, lejos de detenerse en las descripciones ambientales, las más amplias y atrayentes son las personales, prosopografías inmensas de personas débiles y alicaídas, más a la par fuertes y empecinadas. Estas descripciones provienen a veces desde uno mismo y en referencia a sí, relatando sus emociones, pensamientos y acciones, sueños, horrores y locuras; y otras desde su imaginación nos explica de quién está harta, aburrida o sometida, o bien enganchada y necesitada.

Por otra parte, esta novela me permitió entrar en el mundo afectivo de las mujeres como nunca antes lo había hecho. Partes de la descripción de dos almas rotas, cada una por su serie de vicisitudes, resquebrajos en la familia, que las dejan sensibles, neuróticas, ávidas de apoyo emocional. Y ves cómo, en lugar de arruinarse en sus contritas realidades, creen posible traspasar la barrera de lo moralmente adecuado una, y del sufrimiento personal la otra, para fundirse en lo verdaderamente importante de esta vida: el amor. Y es que, quizá este punto de la obra es el que más me ha impactado, este ver cómo dos seres humanos tan delimitados, heridos, susceptibles, configurados, rotos y poco visibles para otros muchos; finalmente te arrancan la emoción de sorpresa de tu corazón, te alegran y enorgullecen, al comprobar cómo el amor que les llega repentina y milagrosamente les reporta tantísimo coraje. Y la magia que tiene la escritora de darnos a entender estos poderosos cambios a través del pensamiento y sentir de las muchachas, es formidable, algo que no podría prometer que hubiese llegado a leer antes. Es esperanzador, sí, sin duda esperanzador, pues insistiré hasta aburrir que si realmente disfruté Marafariña fue al ver cómo, de un modo tan realista y genial, la autora creaba una psicología tan influenciable tanto por la esperanza como por la desesperanza, y por el odio como por el amor.

En resumen y en cristiano: es una obra realista, sumamente detallista, larga, muy personal, de solo dos emplazamientos –Marafariña y, Barcelona en algún momento especial–, habla del amor entre mujeres y entre estas con la naturaleza, y explica el amor de una manera humana aunque divina. Sin duda, está escrita fantásticamente. La historia, finalmente, contempla la situación de dos interesantísimas muchachas que dan tumbos perdidos, sí, pero por amor."



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