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miércoles, 30 de septiembre de 2015

#COLUMNA-OPINIÓN: ¿Estoy sufriendo la depresión del escritor?



Quiero hacerlo, porque necesito hacerlo. Y cuanto más lo necesito, menos puedo hacerlo. Lo procastino. Y lo vuelvo a procastinar. Maldita palabra y maldito tiempo que juega conmigo a su forma. Me enfado, me enfado mucho. Y me entristezco. 

Ni siquiera he tomado este segundo café, que se enfría en mi mesa. 

Me mordisqueo los dedos, el bolígrafo. Empiezo a sentirme somnolienta y cansada, demasiado cansada como para escribir. Suspiro. Respiro profundamente. 

Estoy sola. 

Céntrate. Me decido a releer algún párrafo que inspire... pero el efecto producido es el contrario. Detesto este capítulo, detesto esta novela. No voy a ser capaz. No puedo. Y entonces me rindo, y siento culpabilidad, y siento desesperanza. 

Es difícil dar a entender a los demás lo fracasada que me siento hoy por no ser capaz de escribir.


Si eres escritor, es probable que este monólogo interno te resulte, por desgracia, familiar. Y es que somos incansables, pero al mismo tiempo nos cansamos con facilidad. Tal vez no nos damos la tregua suficiente, no nos dejamos descansar, no reposamos las letras, no disfrutamos de la delicia del trabajo hecho. Porque al poner un punto, queremos de inmediato escribir la mayúscula que viene a continuación. ¿Por qué? Las letras son infinitas y nos golpean con insistencia. Quieren salir, quieren ser escritas. Gritan en nuestra cabeza y nos provocan jaqueca. Temblamos como poseídos por una adicción. Sí, tal cual. 

Terminé Marafariña en Febrero de este año 2015 y, después de mucho trabajo, decisiones y relectura, al fin la publiqué en Junio de 2015. Me sentí muy aliviada en el momento de acabarla. Y muy feliz por el trabajo terminado. Además, disfruté de algunas tardes libres despojadas de la necesidad de seguir dando vida a mi Ruth y a mi Olga. Me repetía una y otra vez: 'Descansa, respira. Lo necesitas'. Y era cierto, porque esa historia, en la que me enfrasqué durante muchos años, me robó tantas energías como alegría me devolvió. Mi mente gritaba por reposo, pero eso es inútil. Vosotros ya lo sabéis.

Durante el verano ultimé el borrador de 'Todas las horas mueren', obra breve que escribí simultáneamente con Marafariña y que, si todo sale bien, verá la luz en algún punto del año 2016. Y al acabar, volví a tener la misma sensación de satisfacción que duró poco. No tardé en sentir la necesidad de arrancar las primeras páginas del Libro Segundo de Marafariña.

Recuerdo que me invadió una ansiedad brutal. Escribí frenéticamente, exigiéndome a mí misma más de lo que podía dar. Volver del trabajo, olvidarme de descansar, y obcecarme en el ordenador a golpear el teclado. A carcomerme los nervios. No soportaba no escribir sobre Marafariña, sobre lo que había ocurrido y lo que iba a ocurrir. Escribí. Y en pocas semanas alcancé la nada despreciable cantidad de 60 páginas mecanografiadas.

Y hasta ahí.

Al releerlas no sentí nada. Al releerlas de nuevo tampoco. La tercera vez me sentí profundamente aburrida, cansada, bloqueada y deseché por completo esos dos capítulos iniciales. Reescribí algunas partes, salvé otras. Lo uní. Lo releí. Y no me gustó. Tomé el Libro Primero y empecé a leer partes con afán de encontrar la ternura y el calor que Marafariña me reportaba al escribirla, pero éste no apareció y me fui víctima entonces de la famosa 'soledad del escritor' y, por consecuente, la depresión que oprime en ocasiones en el proceso creativo.

Hace ya unas semanas que no consigo sacarme este lastre, y me cuesta mediar con él. Por supuesto, no es la primera vez que me ocurre, pero parece que es la primera. Doy vueltas sobre las ideas pero me agoto y no fluye la energía. Este bloqueo me exaspera. Siento pereza al escribir, al pensar y al meditar. No se me ocurren metáforas, ni descripciones. Los sentimientos son tan plenos que se evaporan antes de nacer. 

No sé durante cuánto tiempo más se prolongará esta crisis de la página en blanco, pero mientras tanto intentaré centrarme en la carrera y en lecturas. Dicen que eso siempre funciona bien.


Cómo veis, esta se trata de una nueva sección en el Blog titulada #Columna-Opinión, en la que iré compartiendo impresiones tanto de índole literaria, como personal y social.  Espero que os resulte interesante y que la disfrutéis.

Agradecería que comentaseis en el Blog vuestros bloqueos, vuestros parones creativos y la forma de vencerlos. Creo que puede ser una interesante forma de hacer terapia.

Infinitas gracias por leer.
Y Felices Letras.



lunes, 28 de septiembre de 2015

#LAS10MENTIRAS: DIEZ NOVELAS IMPRESCINDIBLES DE AUTORES INDIES (2015)


Con ánimos de darle un nuevo enfoque a 'Las mentiras que escribí' y crear nuevas entradas que puedan ser de interés tanto a escritores como a los fervientes lectores, inauguro esta nueva sección #LAS10MENTIRAS. 

¿Y qué mejor manera que iniciarla con el espíritu que ha visto nacer y crecer este humilde rincón literario? La literatura autopublicada o indie

En el último año mis lecturas se han centrado, principalmente, en conocer y adentrarme en las entrañas de esta nueva generación de escritores, de diferentes estilos, lugares del mundo y edades. Quería empaparme y conocer estos nuevos talentos, esta nueva manera de crear literatura, que se ha convertido en todo un fenómeno sin precedentes en la historia moderna de las letras.

Tanto para aquellos lectores que, como yo, apostáis por las novelas que no siempre llegan a nuestras librerías, aquellas que se abren paso a duras penas entre las grandes; como para aquellos que se muestran más críticos y más reacios a darle una oportunidad, espero que esta entrada os sea de interés y podáis encontrar en ella una de estas historias que, una vez leídas, nos resultan imposibles de olvidar.

DIEZ NOVELAS IMPRESCINDIBLES DE AUTORES INDIES (AÑO 2015)
(por orden alfabético)




Novela romántica, ambientada en la hermosa ciudad Valenciana. Literatura fresca, con muchos matices, que muestra a una autora nueva, Gemma Jordán Vives, que merece la pena conocer.




Brillante distopía de Sci-Fi, que puede presumir de premonitoria. Refleja una utópica sociedad EBR (Economía Basada en Recursos). Una obra magistral a todos los niveles.




Novela íntima, narrada con un complejo y atractivo desarrollo personal. Hermosa historia de cuatro mujeres tan comunes como fascinantes. Joana Arteaga es una autora imprescindible y única.




Todo un icono en los TOP más destacados de Amazon. Antonia J. Corrales se convierte en una auténtica mujer de agua, e invita a todos sus lectores a serlo también. Una novela inolvidable.




Es uno de mis descubrimientos más recientes. Novela íntima sobre la muerte y la superación, una literatura con un fuerte contenido personal. Carol Munt te acariciará el alma.




Finalista del Concurso de Amazon del 2015, esta novela de Rafael R. Costa se trata de todo un clásico contemporáneo. Una narrativa exquisita y una trama envolvente. Una joya.




Una novela que tiene todo los ingredientes para llegar a seguir considerada de culta. A pesar de su juventud, Juan José Tur Varo nos deleita con un libro de una calidad sobresaliente.




Original, tierna y, a veces, frívola, esta novela tiene dentro de sí un gran abanico de colores. Pilar Muñoz Álamo demuestra ser una escritora serena, con mucho talento y grandes dotes narrativas.




Fascinante y original novela de Sci-fi. Fernando Maremar ha sido uno de mis primeros descubrimientos y, desde entonces, no he dejado de recomendarlo. 




Nena Castelao, la protagonista de esta fascinante novela, a caballo entre el género negro y la literatura íntima, se ha convertido en uno de los personajes a los que más admiro.



Podéis dejar vuestro comentario si habéis leído alguna de las obras, si añadiríais alguna diferente o si si algún título os ha llamado la atención en especial.

Infinitas gracias por leer. Y Felices Letras.



domingo, 27 de septiembre de 2015

#LITERATURA: Historia de dos ciudades, la oscura Revolución Francesa // ***


Decían que era buena, imprescindible. Una novela obligatoria y fascinante. Una obra para releer cada año. Para degustarla, para vivirla con intensidad.

Entiendo la razón por la que me lo decían, he apreciado cada uno de los hermosos y oscuros matices de esta historia (historias) tan grises, tan oscuras y tan humanas. Y, a la vez, un reflejo que se me ha antojado frío, muy alejado del tipo de narración intimista de la que tanto disfruto. Pero todo esto se puede perdonar, sí. Porque Dickens hace alarde de unas descripciones minuciosas que parecen magia. El retrato de una sociedad que vemos desde dentro, como si la abriese en canal y extrajese sus vísceras. Visceral. Y, como dije, frío.

Calificada como novela histórica, su trama, con un fuerte compromiso social, se desarrolla en los lindes de la Revolución Francesa. La muy célebre cita de la obra, con la que se inicia, es una de las joyas que nos ha dejado la literatura universal:

«Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.».

La supremacía de los personajes masculinos es prácticamente absoluta, dejando en el personaje de Lucia, la joven de cabellos dorados, el peso de la única mujer destacable en la trama. Siempre he criticado este aspecto del que pecan muchas obras pero, no nos engañemos. 'Historia de dos ciudades' se publicó en el año 1859, así que no es algo que deba (ni pueda) criticársele. Aun así, en mis gustos personales, la ausencia de la fuerza femenina me ha resultado abrumadora.

Recomendable para cualquier lector, pero preferiblemente a aquellos amantes de la literatura inglesa clásica. 


¿Habéis leído 'Historia de Dos Ciudades'? ¿Qué os ha parecido? ¡Comentad este post!
Infinitas gracias por leer y felices letras.

Podéis adquirir gratis 'Historia de dos ciudades' (y legal) en Amazon

lunes, 21 de septiembre de 2015

#LITERATURA: El viejo cocinero, o Cècile y las estrellas // ***1/2


Hay novelas que son como un bollo de pan recién horneado, caliente, tierno y sabroso. Novelas, breves, concisas, de lectura amena y delicada, una lectura ideal para evadirse, recuperarse del cansancio del día o leer con calma con el café de la mañana. En realidad, cualquier momento es bueno para sacar unos minutos y apurar unas páginas de 'El viejo cocinero', novela que firma Fernando G.Mancha, autor con el que he tenido el gusto de encontrarme gracias a las casualidades de las Redes Sociales, que parecen conectarnos con escritores, con letras, afines a nosotros.

'El viejo cocinero o Cècile y las estrellas' es un título que evoca muchos sentimientos e impresiones. El juego de tonos grises y negros de la portada nos recuerda a los libros clásicos que llenan nuestras estanterías y nuestros recuerdos. Ternura, también, nostalgia y el paso del tiempo. Sin embargo, se trata de una novela actual, con técnicas de narración modernas y una historia que se desarrolla más cerca del presente (alrededor del año 1996), aunque nos hará viajar a años anteriores, a la memoria de un viejo cocinero, Marcel, torturado por la reciente muerte de su esposa, con quien Cécile, una tierna niña de catorce años, tiene un vínculo muy especial.

La obra se expone en forma de hojas de diario que escribe Cécile, cargadas de inocencia, de vestigios propios de una edad sembrada de dudas e inseguridades, pero también de toda la energía de una cría con ganas de alcanzar la felicidad y no doblegarse ante nada. Nos acerca los entresijos de su rutina, de sus pensamientos más sinceros, de su vida en el colegio, su relación con sus compañeros, nos habla de su madre, de sus miedos, de la lluvia, de las estrellas y de todo tipo de detalles, algunos triviales, pero plagados de frescura inherente en un carácter vivaz que contagia al lector.

La forma de narrar es ligera, con tintes hábiles, con un vocabulario delicado. Fernando G. Mancha se muestra un escritor locuaz, con una historia que sabe cómo quiere contar y lo que quiere contar. Se palpa, también el gran amor por sus personajes, en especial por la protagonista, quien tiene una esencia especial y realista que es complicado encontrar en ocasiones. Y en relación a esto, mención a destacar es la de que sea capaz de meterse en la piel de una Cécile tan joven con esa habilidad, pues no se trata de una tarea sencilla.

Una novela corta que recomiendo para cualquier momento. Acaricia el corazón con su ternura, plagada de sentimientos y sensaciones, de un escritor con muy buenas dotes literarias. Desde luego, una novela única.

viernes, 18 de septiembre de 2015

#LITERATURA: Tierra de brumas, la esencia de una Galicia 'enxebre' // *****



Una de las cosas más hermosas que tiene la literatura, los libros en mi caso particular, es que parecen encontrarte. La cantidad de obras que hay a nuestro alcance, más con Internet, es infinita y el tiempo es un bien escaso. Encontrar entre toda la oferta, la cantidad de letras a nuestra disposición, una novela que nos llene como lectores, y nos haga sentir como seres humanos, no es fácil. En muchas ocasiones, encontramos lecturas vacías y anodinas, que nos dejan fríos y, en cierto modo, enfadados. Pero, por otra parte, hay veces que nos topamos de casualidad con una portada que brilla, un título que nos atrapa y un argumento que nos transmite algo especial. Y entonces, se produce un baile entre lector y escritor silencioso pero pleno.

Algo así me ocurrió a mí con 'Tierra de brumas'. Nadie me recomendó este libro, como muchos otros que acabo leyendo, tampoco se trata de una reseña por encargo ni siquiera un título que estuviera en mi lista de pendientes. En uno de estos grandes almacenes que crecen en las grandes urbes, mis ojos se fijaron en la portada de una joven con el cabello rojizo que tocaba el agua fresca de un río. 'Tierra de brumas' de Cristina López Barrio me evocó, desde el principio, el sentimiento de una Galicia oscura, llena de magia, de leyendas, de historia. Y así era, porque al leer la contraportada me dejé engatusar por la impaciencia de la necesidad ávida de sumergirme en una novela bajo la premisa de una tierra de meigas, de bosques verdes, de la guerra, de una tierra siempre cubierta de secretismo, de niebla, de infinidad.

Es una obra que, además, está escrita con un estilo narrativo poco común y exquisito. Bebe, sin lugar a dudas, de uno de los grandes, y es que parece que 'Cien años de soledad' del Gran Gabriel, ha servido de espina dorsal para crear una historia sobre familias enfrentadas, tres generaciones desde la abuela hasta la nieta, desde el abuelo hasta el nieto, de reinas y marqueses, de fotógrafos de guerra, de hombres que aman a mujeres que cuentan con un coraje desmesurado. 

Formada por capítulos extensos, alternando saltos en el tiempo constantes, poblada de personajes ricos en detalles, diálogos que rozan la perfección, descripciones minuciosas y hermosas, se trata sin lugar a dudas de una novela que muestra a una escritora madura, con un gran manejo del lenguaje y sus recursos, que ama las letras y las decora a su antojo. Cualquier lector, hasta el más exigente, disfrutará sin lugar a dudas de este libro que es inolvidable, y que encierra magia y vida propia. Una lectura imprescindible, sin lugar a dudas.

Podéis comprar 'Tierra de Brumas' pinchando aquí

jueves, 17 de septiembre de 2015

#CINE: MA MA, una niña rusa que lanza cangrejos en la playa // **



No es muy sencillo lanzarse a la crítica de una película que tan solo por el título y los retazos del argumento encogen el corazón de melancolía y de miedo. Un cuadro que enmarca a una profesora en paro y separada (Penélope Cruz) a la que diagnostican cáncer de mama y a un ojeador del Real Madrid que acaba de perder a su hija (Luis Tosar) no puede contener más que tonalidades grises y luces apagadas. Sin embargo, Julio Medem (el director de Caótica Ana o Habitación en Roma), busca otorgar un poco de aire fresco y de humor a esta trágica escena, pero lo consigue de forma torpe a mi entender.

Es un film lacrimógeno por excelencia, un drama cincelado en el alma, con todas las miras del director puestas en conmover a un público que se va a dejar llevar por las sensaciones y que, con suerte, en medio de las lágrimas, no podrá apreciar las carencias de la película, no se atreverá a juzgarlas por miedo a parecer un insensible. Y es que he de decir que durante las dos horas que dura la película la sala, que estaba hasta los topes, estaba sorbiéndose los mocos en su casi totalidad, el silencio era tenso y el ambiente cortante. Flotaba la amargura y los corazones de los espectadores estaban encogidos de congoja. Solo unos pocos, permanecíamos impasibles ante la tragedia que asolaba a Magda, demasiado perturbados por la falta de verosimilitud para ser capaz de digerir la espesura del guion.

Como decía, hay que tener habilidad para intentar meter alegría y humor en una película que va sobre un tumor en el pecho y todo lo duro de esa realidad. Pero también hay que tener destreza a la hora de plasmar un suceso tan duro y devastador como éste, y hacerlo sin caer en los tópicos de la tristeza (o, también, en el soporífero hapiness). Julio Medem se muestra pretencioso, buscando fotogramas místicos, queriéndole dar un trasfondo, una unión de historias, que no encaja por ninguna parte, un sentido metafísico, filosófico, una lucha por la religión y la vida. Por momentos, he sentido cierta vergüenza ajena y desesperación, con ganas de gritarle a la pantalla...'¿¡Pero esto es necesario!?'.

Había esperado una película española de verdad, castiza, costumbrista, llena de tonos grises, de ojeras bajo los ojos, de lágrimas que rompen el rostro, de dolor del de verdad (no este decorado por los focos y por un coraje que es imposible de creer). En cambio me he encontrado con un juego de luces blancas, una niña rusa que camina por la nieve o lanza cangrejos en la playa (sí, que alguien me lo explique, por favor). Y, también, un retrato frivolizado del cáncer de mama y de la quimioterapia, como si se tratara de una sesión de solarium. 

Penélope Cruz, la gran Pe, se encuentra muy por encima de todo esto. Rescata lo salvable del film, su estelar interpretación, porque mima la cámara y mima a su personaje con el cariño con el que solo ella saber hacerlo. Incluso sus silencios son estelares, parece controlar hasta el temple de su respiración. Y aunque el guion sea tan torpe, su mirada habla por sí sola, y esas lágrimas cristalinas acarician el alma con dedos gélidos. Desde luego, brillante.

Los demás personajes destacables son masculinos, otro lastre del cine y un gran error. Tenemos a Luis Tosar en su papel de Luis Tosar, a un ginecólogo poco creíble que canta bulerías en los chiringuitos de la playa, a un ex marido que apenas media dos palabras pero que tiene los ojos azules y eso siempre vende, y al hijo de Penélope, un muchacho que juega a fútbol y cuya aparición es muy prometedora, por cierto. Se crea entorno a esta mujer (que, por cierto, es una luchadora y no se doblega ante nada) una especie de triángulo amoroso absurdo y bochornoso que es un auténtico despropósito.

Digamos pues que se trata de una película floja, pero con matices. En realidad, no la recomiendo. Los más sensibles saldrán destrozados sin consuelo. Los más enteros, no la disfrutarán. Los amantes de Penélope Cruz disfrutarán de su interpretación, pero se sentirán vacíos. Un mal retrato sobre una realidad social devastadora.

Podéis consultar aquí su ficha en filmaffinity

martes, 15 de septiembre de 2015

#ENTREVISTA: Míriam Martínez, autora de 'El juego de los videntes'





"Puedo asegurar que desde la primera palabra hasta el punto y final (y esto me ha ocurrido tanto en ésta como en la otra novela) no he utilizado ningún método específico, y me he dejado llevar por esa voz interior"

Ningún detalle de la biografía de la autora se deja entrever en la ficha de Amazon de 'El juego de los videntes'. Firmada con la inicial de su nombre y su primer apellido, M. Martínez, parece que lo de esta escritora barcelonesa es mantener cierto halo de misterio. Precisamente, esta bruma de suspense es la que acompaña cada una de las páginas de su novela 'El juego de los videntes'. 

M.B.Vigo: Bienvenida a 'Las mentiras que escribí', Míriam. Es un placer recibirte en mi blog después de haber reseñado tu novela.

M.M.: El placer es mutuo. Gracias a ti por la entrevista y, sobre todo, por tan estupenda reseña.  

M.B.Vigo: Resulta casi innegable que el juego de locura que forma parte del argumento principal de tu novela 'El juego de los videntes' es complejo, extraño si me permites, y muy original, tanto en el contenido como en la forma empleada para dar vida a la historia. ¿De dónde surge una novela tan moderna que, a la vez, tiene matices de la literatura más clásica?

M.M.: A decir verdad, leo mucho menos de lo que debiera, pero para mi segunda novela, El juego de los videntes, hice caso a la clásica recomendación: “lee a los grandes”; y me puse manos a la obra. Así fue como, al tiempo que llevaba a cabo las correcciones, eché mano de narrativa de distintas épocas e hice los deberes. Incluso me compré una pizarra para tomar notas. Imagino que de ahí, como bien has sabido ver, que se diferencie la influencia de varios estilos. Lo de cómo surge la historia te lo contesto en la siguiente pregunta.  

M.B.Vigo: Es como una muñeca rusa. Hay una novela dentro de otra novela, incluso podríamos hasta adivinar una tercera. Un reflejo que, desde luego, carga de riqueza literaria y de recursos a la obra. ¿Cómo has podido desarrollar estas historias? ¿Cómo es tu forma de trabajar?

M.M.: Para mí fue todo un descubrimiento saber que se distinguen dos tipos de escritores: el de brújula y el de mapa; pues antes de conocer tal curiosidad, creía que mi método era cero profesional, sin embargo, algunos grandes aseguran ser escritores de brújula, es decir, que se dejan llevar por la historia a medida que escriben, sin previo guion. Aunque, y sobra decir, luego vienen los arreglos a veces interminables del borrador y ahí eres tan mapa como los “mapa”. Con todo, puedo asegurar que desde la primera palabra hasta el punto y final (y esto me ha ocurrido tanto en ésta como en la otra novela) no he utilizado ningún método específico, y me he dejado llevar por esa voz interior, algo así como si me limitase a transcribir lo que “alguien” me dicta. En cuanto a las subtramas, sí que hago uso de un documento Word o folio donde anoto fechas y sucesos claves para llevar un orden y evitar errores en la historia. Lo curioso aquí es que, lo que a mí me resulta casi imposible, cosa de magia, es pararme a pensar sobre qué tratará la novela y cómo se desarrollarán los capítulos.
Respecto a rituales: pies descalzos, incienso, escribir solo de noche… y otras manías varias, nada. Mentira, alguna sí que tengo. Por ejemplo, el número de páginas. Siempre intento que sea impar, pero cuando edito el contenido y cambia a par, debido a un salto de página o por añadir o suprimir algo, a veces desisto. Sin ir más lejos, en estos momentos ambas novelas cuentan con un número de páginas par (quizá haga por cambiarlo). Eso sí, he de trabajar en silencio, sin música, a menos que ya ande por las correcciones, en ese caso me lo puedo permitir, pero con el volumen muy bajo. Tanto puedo hacerlo sentada en la silla del escritorio, dejándome la espalda, como tumbada en la cama o el sofá, dejándome la espalda también. Lo único indispensable es el café y mi paquete de cigarrillos. Ya veremos si algún día suprimo esto último.
Lo que sí aconsejo es dejar reposar la novela unos días antes de ponerse con las últimas correcciones. Pues como decía Hemingway: “El primer borrador de cualquier cosa es una mierda”; vale, puede que una mierda no, pero a buen seguro hay que pulirlo lo suficiente.

M.B.Vigo: En cuanto a la ambientación, parte de la trama se desarrolla en Italia (creo que esto está estrechamente relacionado con la precuela) y la otra en tu tierra, Barcelona. No es que los escenarios elegidos tengan vital importancia en la trama, aunque me gustaría conocer si existe alguna razón por el cuál has seleccionado estas ubicaciones. Además de decirme si, como escritora, sueles disfrutar más de utilizar ciudades en las que hayas estado o, por el contrario, dejar volar la imaginación.

M.M.: El juego de los videntes es la continuación de “Sabrás perdonarme”, si bien ambas novelas pueden leerse por separado. Dicho esto, aclarar que, pese a que la trama principal de “Sabrás perdonarme” es ficción, existen pasajes que son parcialmente autobiográficos. Detallo. Viví durante un tiempo en un pueblo cercano a Caldes de Montbuí con mi expareja, al igual que la protagonista; el viaje a Roma que realiza en solitario también es una vivencia personal (si bien los acontecimientos ocurridos durante el mismo son ficción), lo mismo que ciertas experiencias que relata, las cuales algunas contienen retazos de realidad. Por otro lado, mi ciudad natal es Barcelona, ciudad donde he vivido por varios años. De manera que, supongo que es por estos motivos por los cuales la trama se sucede entre estas ciudades, principalmente.
En cuanto a los pueblos italianos que aparecen en El juego de los videntes, hube de documentarme, ya que a excepción de Roma y Bomarzo (de este último en “El juego” solo se hace mención), no he tenido el placer de visitar ninguno. La idea de la Costa Amalfitana es debido a que, como buena mediterránea, me dejé seducir por el rollito idílico de que los protagonistas viviesen en una casa cerca del mar (algunos caprichos me permito cuando escribo). Pompeya me atrajo por su historia, motivo por el cual decidí incluirla en la novela.

M.B.Vigo: Hablemos, si te parece, de los personajes. Por un lado, Fausto y Ana que se nos presentan con una pareja idílica, muy cariñosa y muy bien compenetrada. Por otra parte, Pedro y Matilde que tienen una relación muy estrecha con los protagonistas. Además, Iván y Aarón. ¿Qué podrías decirnos de cada uno de ellos? ¿Cómo ha sido el proceso de darles vida?

M.M.: Prefiero obviar que Ana, la protagonista, es mi alter ego, ya que no es del todo cierto, pues a medida que iba creciendo en la historia le atribuí características que nada tienen que ver con mi persona, aunque otras tantas son, en parte, un reflejo de mi personalidad. Quepa decir que ambas novelas entran dentro del género thriller psicológico, de modo que los pensamientos e inquietudes de los protagonistas juegan un papel primordial, sobre todo en Sabrás perdonarme.
Para Fausto me inspiré en una persona cercana a mí, aunque, como sucede con Ana, su personaje es ficticio casi en su totalidad, pese a que he conocido a personas con dones similares a los que él posee. Su compenetración es primordial en la trama, y aunque la diferencia de edad es generosa (15 años) no impide que compartan su vida más allá de lo que ése pequeño hándicap pueda significar.  
Pedro ya aparece de manera muy fugaz en la primera novela, y en ésta cobra una notable importancia. Pedro es uno de los mejores y pocos amigos de Fausto, casi un padre para él, además de su médico particular (pues antes de cruzarse en la vida de Ana, Fausto cosecharía una gran fortuna como ingeniero, pese a que más tarde se daría cuenta de que ese dinero no iba a solucionar su descorazonada vida). Matilde, la mujer de Pedro, una señora dedicada en cuerpo y alma a su esposo, aparece por vez primera en El juego de los videntes. Una mujer elegante, comprensiva, que mantiene el atractivo de su juventud y que solo tiene ojos para su esposo.
Aarón e Iván, ¿qué decir de ellos? Empezaré por Iván. Iván, tal y como ocurre con Pedro, aparece de manera fugaz en la primera novela, al principio y al final, para ser más exactos. Ya en “Sabrás perdonarme” es un personaje que, pese a apenas formar parte de la trama, contribuye a mantener el misterio, pues hasta el final de la historia se desconoce quién es, ni tan siquiera si es real o forma parte de la acentuada imaginación de Ana. Sin embargo, en El juego de los videntes pisa fuerte, convirtiéndose en uno de los protagonistas principales. Iván es un agente de los Servicios de Inteligencia Italianos que más tarde le ascenderán a comisario jefe. De carácter reflexivo y solitario. En la quietud de su anodina vida personal, tiene la suerte o desgracia de cruzarse en la de Ana (esto ocurre en Sabrás perdonarme y se desarrolla en El juego de los videntes), de la cual quedará completamente eclipsado. Lo mismo le sucede con Aarón, un extravagante señor que dice ser escribano. Desde que ambos coincidan en la Plaza Real de Barcelona, darán vida una extraña colaboración profesional que, sin ningún género de dudas, cambiará por completo la vida de ambos y la concepción que tienen de la misma.
Por último Aarón, y casi me atrevería a decir que mi punto débil. Aarón es para mí la clave de todo. Un personaje que atrae y repele a partes iguales. Una fuente de sabiduría, un ermitaño de extravagante personalidad y maneras. Alguien que presume de estar de vuelta de todo, que poco le importan los formalismos y la forma de proceder según lo socialmente correcto. Aarón es la piedra filosofal que presume llevar la batuta de la historia, pese a compartir protagonismo con Ana, Fausto e Iván, y quien presume, a su vez, de tener el mando de la situación e ir deshilvanando la trama según se le antoje. No olvidemos que es el autor de El juego de los videntes: una novela dentro de otra novela.

M.B.Vigo: ¿Con cuál de tus personajes, en relación con la pregunta anterior, podrías sentirte tal vez más identificada?

M.M.: Sería un desatino por mi parte decir que con Aarón, no obstante, su personalidad consigue fascinarme es el personaje con el cual más he disfrutado al darle vida. Así que te diré Ana, que si bien no es una fotocopia mía, como ya apunté antes, cuando nació en Sabrás perdonarme de manera casi inevitable fui atribuyéndole rasgos de mi personalidad. Aunque si desgrano la respuesta: con Ana me sentía identificada tiempo atrás en cuanto al caos que gobierna, o gobernaba, su mente (pues en El juego de los videntes presento a una Ana mucho más madura), con su sinceridad y su tendencia a las dudas. Con Fausto, en su capacidad de reinventarse, su determinación cuando algo le importa de verdad y con su honestidad. 


M.B.Vigo: La inspiración en otras obras u otros artes es fundamental a la hora de desarrollar la creación. ¿De dónde nacen tus musas para darle vida a 'El juego de los videntes'?

M.M.: En cuanto a mi método, como dije antes, dejo que la historia me encuentre. Respecto a los deberes y fuentes de inspiración diré que durante las correcciones de El juego de los videntes me empapé, en su mayoría, de Haruki Murakami.

M.B.Vigo: Tú ya has publicado otras obras, así que ya estarás familiarizada con cómo funciona este mundo de autopublicarse. ¿Cómo ha sido tu experiencia en este sentido y que consejos podrías darle a otros escritores emergentes?

M.M.: Mi experiencia no es ni buena ni mala. En lo que a las críticas se refiere, no me puedo quejar, pero ocurre que las ventas son escasas, lo que reduce el número de opiniones. He de reconocer que soy bastante negada para esto del márquetin, y hoy en día los autores indies que optamos por la autopublicación tenemos que ser un poco de todo: escritores, correctores, managers, activos en las redes… Cuando terminé mi primera novela, “Sabrás perdonarme”, me tropecé con la ilusión de presentarme a dos certámenes, de esos que tienes que enviar dos originales en papel, y esperar entre seis y ocho meses para llevarte el gran fiasco (en mi caso, claro). Luego contacté con varias editoriales de coedición aunque muchas omiten el “co”, las cuales me respondían en apenas dos semanas (luego de haberles enviado un manuscrito de más de cuatrocientas páginas), y a las que, casualmente, a todas les parecía que mi obra era de una calidad literaria muy buena, que apuntaba maneras, que tenía futuro... Pues sí que se me da bien esto de escribir, ¿no? ¿Me explico? Por lo que al final, aconsejada por un amigo, me decanté por el gran gigante de Amazon; y ahí seguimos. Pienso que, después de todo, coedición o no, papel o digital, si no tienes detrás un agente literario o una editorial con nombre que apueste por tu obra el trabajo de saber promocionarse corre de nuestra parte.

M.B.Vigo: Y, por último, ¿Podrías decirnos si estás trabajando en nuevo proyecto?

M.M.: Por el momento estoy en, un todavía no sospechoso, standby. Cuando me visiten de nuevo las musas, como suele decirse, no dudes que te lo haré saber.

Un saludo Miriam, y gracias por dedicarme esta entrevista.




lunes, 7 de septiembre de 2015

#LITERATURA: Renacer, un 'Marcos Nieto' renovado, maduro e íntimo // ****



'Renacer' bien podría responder al título de una novela intimista, psicológica o romántica. Tal vez a un profundo ensayo filosófico sobre la vida, la muerte y los motivos de la existencia. Exactamente no es así, aunque no podemos desechar los trazos de esos géneros en el volumen II del conocido 'Destino del Incorpóreo', novela corta que ha llevado a Marcos Nieto a hacerse un hueco destacable en las primeras posiciones de la Sci-Fi de Amazon y adquirir, como no, una serie de lectores fieles que estaremos siempre atentos a nuevos títulos del escritor novel. 

Ha sido bonito leer 'Renacer', porque es bonito ver la evolución del autor. Una evolución muy evidente y que me entusiasma. Y es que, a pesar de que la historia no escapa demasiado de su predecesora, lo cierto es que el destino del incorpóreo en esta segunda entrega muestra un cariz literario más enriquecido, más maduro, más soberbio, más sereno... y más íntimo. Es como si Marcos se hubiera quitado ciertas cadenas, tal vez ciertos tabús, y se haya dejado llevar por el profundo amor que siente hacia sus historias, y el anhelante deseo de complacer al lector. Algo así, un sentimiento tan real, se palpa y se siente. Así que no puedo más que felicitarle por (si me permite, copio su mismo formato de enumeración):

1º) Aunque fiel a la Sci-Fi, ha huido de los tópicos que arrastraba en la primera novela y ha moldeado el mundo y la historia a su manera. 

2º) El amor y el sentimiento pausado ha encontrado un hueco merecido en medio de la acción, lo que le ha permitido lucir con mayor fuerza todo el potencial que sin duda tiene en su espíritu de contador de historias.

3º) Los recursos narrativos son más abundantes, sin entorpecer la lectura. Fiel a su estilo directo, ha cuidado su escritura como cualquier obra que se precie.

4º) La trama, bien pulida, bien trabajada, a un ritmo trepidante (y, en ciertos momentos, ahogante).

5º) Mantiene su sentido más filosófico (que es lo que más me ha gustado), formando una simbiosis perfecta entre entretenimiento-pensamiento, lo que crea una obra redonda.

En resumen, he leído con mucho gusto y entusiasmo a un Marcos Nieto mejor, que ha evolucionado con su querido protagonista. Un escritor que ha vuelto con garra, con fuerza, con afán de mejorarse y de entregarse a un público que, cada vez, lo admira más.

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#LITERATURA: El caparazón de la tortuga, el escritor negro // ***1/2



Es la primera obra de Lola Mariné que tengo el gusto de leer, participante en el concurso indie de Amazon del 2015, con una portada atractiva y un título, cuanto menos, original, ‘El caparazón de la tortuga’. Una novela negra clasificada por la autora en ‘Religiosa y Espiritual’, esconde tras sus páginas más de un misterio que mantiene viva la intriga de una forma amena pero trepidante, con una trama muy atractiva y actual.

La novela tiene como protagonista a Angel, un muchacho escritor que desaparece de su hogar después de una quedada secreta con un grupo de usuarios de un foro de escritores. A partir de ese momento, la vida del joven cambia por completo. No me gustaría desvelar nada más de la trama, para mantener vivo el valioso misterio, pero hay que subrayar que la literatura y la obsesión tienen un rol fundamental.

Recuerda en cierta parte a la aclamada película ‘Misery’ que, seguro que muchos lectores y otros tantos escritores, han disfrutado y han comprendido hasta dónde puede llegar la obsesión por las letras y las ansias al confundir la ficción con la realidad. Es en este sentido en el que se mueve ‘El caparazón de la tortuga’, de forma hábil, con una narrativa sencilla y atractiva, maquetación muy bien cuidada y argumento bien hilado sin saltos abruptos y sin variaciones bruscas de ritmo.

Si bien es cierto que mis gustos personales distan bastante de este tipo de género, me llamó bastante la atención esta novela auto publicada y no me arrepiento en absoluto de haberle dado un voto de confianza. Principalmente porque me ha parecido muy original, porque me ha gustado el desarrollo psicológico de los personajes, el juego y conflicto de intereses oscuros, su manera de moldear la maldad (un sentimiento muy complicado de exponer sin buscar la apatía del lector) y la pasión por la literatura.

Me anoto a la escritora para futuras reseñas, no sin antes desearte muchísimas suerte en el concurso.


#LITERATURA: La morada de Dios, reflexión religiosa en una novela de aventuras // ****



‘La morada de Dios’ es una obra que invita a la reflexión y que busca ahondar en el pensamiento más escéptico del lector menos conformista. Es compleja de definir, pues bebe de muchos géneros y el estilo narrativo en el que de manera cómoda se desenvuelve el escritor es, en cierto modo, cambiante, como un camaleón, adaptándose a las ‘necesidades del guion’ en cada caso. ¿Hablamos de literatura rica en matices? Sí, mucho.

Obedece a las características típicas de una novela del ‘viajante’, en la que el argumento principal gira en torno a un peregrinaje con un destino delimitado pero con una meta poco precisa. El protagonista, con la mente azotada, recurre al suicidio para liberarse. Lo que podría considerarse el final de la vida, resulta ser el inicio de algo esotérico y fantástico a la par que extraño y desconcertante. Comienza así un peregrinaje a caballo entre lo religioso y lo pagano, plagado de sombras e incógnitas, con un ritmo trepidante que mantendrá absorto al lector hasta un sorprendente final.

Como mencionaba al principio, la literatura de José M. no es nada al uso. Se trata de un abanico de recursos rico, colorido y personal. Con tintes de novela íntima, acción, aventuras y, por supuesto, religiosa, puede presumir de una escritura suave y tibia, abundante en diálogos pero también en partes más monologadas para hacernos llegar de forma cercana y realista los entresijos del pensamiento de nuestro protagonista.

Precisamente, cabe señalar que podríamos decir que se trata de una trama muy individualizada. Se centra en torno al personaje principal, y los demás no son más que meros acompañamientos sin relevancia destacable. Tal característica, que suele ser algo más bien negativo, permite enfocar con nitidez los sucesos y centrarse en el racionamiento humano más espiritual.

viernes, 4 de septiembre de 2015

#LITERATURA: Ellas también viven... también luchan, también lloran, también aman // *****



Existen múltiples novelas, relatos, revistas, películas y series dedicadas a las figuras femeninas. Es poco debatible el hecho de que las mujeres son explosivas, cambiantes, luchadores, exóticas, complicadas, tiernas, feroces. El abanico de posibilidades de cualquier historia que tenga por protagonista a una madre, a una mujer soltera, a una anciana, a una joven insaciable es tan infinito que ha dado lugar a millones de obras a lo largo de la historia de la literatura. No son pocos los autores de cualquier género que crean un prototipo de protagonista femenina y la moldean para lograr darle un carácter a su argumento fuerte y atractivo.

Pero en realidad, no se encuentra en la ficción a las 'ellas' más fuertes y más increíbles, sino en la vida real, en la rutina, en esas mujeres que vemos por la calle, que vemos en las cafeterías, en los supermercados, que van al trabajo, que cuidan a sus hijos, a sus maridos (o a sus esposas), que agarran la vida con los dientes y siguen, siguen sin detenerse. Porque nada puede detenerlas. Y es, precisamente, en estas mujeres de verdad, en las que Pilar Muñoz ha basado 'Ellas también viven', una colección de relatos de mujer que podemos clasificar de dinámica, original, divertida y emotiva.

Ya había leído con anterioridad otra novela de la autora, 'Los colores de una vida gris' reseñada en este Blog. Como podéis leer en mi crítica, es una obra muy recomendable, también enfocada a puntos de vista femeninos, donde Pilar ya hace alarde de sus dotes como escritora del género más íntimo, en el que refleja los comportamientos más básicos del ser humano en situaciones extremas (que no irreales). Fascinada por este manejo psicológico que se me antoja tan audaz y afilado (afilado porque se trata de un bisturí que disecciona el alma de sus personajes), no podía dejar pasar una antología de relatos variados cuyas protagonistas son, pues, mujeres cotidianas. O superheroínas.

Es todo un arte el de relatar. La misión de crear un mundo, una situación, en un puñado de páginas es todo un reto que únicamente determinados escritores pueden presumir de hacer con habilidad. Pilar puede considerarse, sin lugar a dudas, diestra para las letras en este ámbito. Los relatos de mujer, las historias, que nos hace llegar en este conjunto así lo hacen constar. Con su literatura característica, esa que me resulta tan complicada de definir, cogiendo las letras entre los puños y amasándolas con un cariño maternal para dar forma, cuál alfarero, a esas almas plasmadas en el papel.

Las mujeres son diferentes, sus situaciones, deseos, anhelos, miedos y propósitos también lo son. Apenas podemos encontrar similitudes entre ellas, al menos a primera vista. Pero hay algo que las une: la pasión desmedida, el coraje tan agudo que no les cabe en el pecho, el amor tan fuerte por dar a cambio de tan poco. Son luchadoras, sufridoras pero, no conformes con ellos, se enfrentan porque anhelan ser felices. Se trata de una especie de radiografía de la sociedad actual, pero con el arte propio de quien de verdad sabe narrar historias, quien de verdad sabe hacerlo con el corazón y la ternura necesarios.

Amo leer, y amo al ser humano. La mezcla de unos relatos tan personales junto con unas letras tan veraces y pulcras solo ha podido hacerme disfrutar, una vez más, de la deleitable literatura de una escritora para mí tan especial y querida como Pilar Muñoz.