"Siempre existe algún punto de luz, algo positivo con lo que adornar esos días grises para alegrarlos. Lo importante es no olvidarnos de ello, tenerlo siempre presente y valorarlo."
Me siento muy contenta de que Pilar
Muñoz haya accedido con tal amabilidad a realizar esta entrevista, la segunda
para, ‘Las mentiras que escribí’. Hace unas semanas publicaba en este mismo
espacio una crítica de su novela ‘Los colores de una vida gris’, dejando claro
que para mí había sido toda una sorpresa la evolución y explosión que produjo
su lectura.
Pilar, cordobesa, Licenciada en
Psicología Clínica y funcionaria es, también, una novelista consagrada en el
círculo de nuevos escritores que ha nacido en los últimos años. La citada obra,
junto con ‘Ellas también viven’ y ‘¿A qué le llamas amor?’ son los títulos de
sus tres trabajos que han sido, sin lugar a dudas, muy bien acogidos por los
lectores.
M.B.Vigo: Bienvenida, Pilar, es un placer recibirte en este blog.
Muchísimas gracias por tu tiempo.
P.M.A: Gracias a ti, Miriam. Es un
placer para mí ocupar este espacio en tu casa y poder acercarme un poquito más
a tus lectores y seguidores. ¡¡Y a ti, por supuesto!!
M.B.Vigo: De tus libros publicados, me gustaría centrarme en la
historia de ‘Los colores de una vida gris’. ¿Es posible llenar de color los
días que carecen de ellos?
P.M.A: Claro que es posible,
difícil a veces, no voy a negarlo, pero posible. Yo siempre afirmo que la vida
no tiene colores, que la pintamos nosotros al mirarla, al vivirla, al afrontar
sus retos día a día y al disfrutar a un mismo tiempo de lo bueno que nos
ofrece. Sonreír ante ella o llorar es una actitud personal, es más una
consecuencia de nuestro sentir y de nuestra propia percepción ante las
situaciones y ante las cosas que algo ajeno a nosotros mismos; la prueba está
en que la magnitud de un mismo problema no es la misma en unas personas que en
otras, como tampoco todo se celebra igual. Creo que siempre existe algún punto
de luz, algo positivo con lo que adornar esos días grises para alegrarlos. Lo
importante es no olvidarnos de ello, tenerlo siempre presente y valorarlo.
M.B.Vigo: Cuéntame, ¿Qué pueden encontrar los lectores detrás de ese
título tan cargado de verdad?
P.M.A: Pueden encontrar una
historia de ficción cargada de realidad, de reflexiones profundas que tal vez
haya que extraer de una trama compleja y, en algún punto, incluso descabellada,
pero que suponen una visión de las diferentes formas de entender la vida, las
relaciones humanas y, sobre todo y ante todo, las discrepancias entre unos
seres humanos y otros a la hora de priorizar lo que realmente merece la pena
vivir, a lo que dar importancia, lo que de verdad es necesario en nuestro día a
día y aquello otro de lo que podríamos prescindir porque solo alimenta el ego y
lo material, no el alma. Encontrarán una crítica social y una exaltación de los
valores morales y humanos con forma novelada y con una trama que, con su
intriga, los incitará a pasar las páginas para adivinar lo que el futuro depara
a cada uno de sus personajes y, sobre todo, a su protagonista.
M.B.Vigo: Es una obra extensa, con una gran profundidad y un desarrollo
que, desde luego, sorprende sin poderlo evitar. Se produce una ruptura entre la
primera parte y la siguiente, una rotura que implica incluso un cambio de
estilo narrativo. ¿Podríamos estar hablando, tal vez, de dos novelas en una?
¿Cuál es la razón por la que decidiste otorgarle este matiz?
P.M.A: No, no considero que sean
dos novelas en una, son dos partes contrapuestas necesarias para entender el
curso evolutivo que la protagonista experimenta en su vida a nivel personal y
que desembocará en un aprendizaje vital necesario para ella y para quienes,
como ella, tienen esa forma de ser y de actuar. Hay quien opina que ambos
escenarios y los personajes que aparecen en ellos son excesivamente diferentes
y puede que lleven razón, pero una diferencia tal era absolutamente necesaria
para que el cambio producido fuera apreciable y sus consecuencias justificadas.
Aún así, sí quiero matizar que ni un grupo ni otro pueden considerarse
representativos de los círculos sociales y económicos en los que se integran,
sus vidas y sus actitudes no tienen por qué ser extrapolables a todos
los que viven en sus mismos “mundos”. Yo he extraído de cada uno de ellos a los
que me parecía que tenían algo bueno que ofrecer o de lo que avergonzarse,
porque las personas situadas en ese punto intermedio tan común no tenían mucho
por destacar, ni para bien ni para mal, estuvieran donde estuviesen.
M.B.Vigo: ¿Hay algo personal de ti, Pilar Muñoz, en alguno de los
personajes?
P.M.A: Creo que no tengo que decirte que no comulgo en absoluto con
los de la primera parte, jaja, son abominables. Sí que me siento identificada
con la filosofía de vida de algunos de los que aparecen en la segunda y en ese
sentido, creo que las mayores aportaciones afines a mi forma de entenderla las hace
Ana. No quiero decir con ello que me guste su vida casi monacal o que sea tan
abnegada como algunas de las demás, pero su concepción de lo que realmente
importa en la vida para ser feliz es muy parecida a la que yo tengo.
M.B.Vigo: Creo que, aparte de su calidad narrativa, de la importancia y
relevancia del papel femenino (que tiene un evidente protagonismo), hay un
fuerte compromiso de crítica social...
P.M.A: Total y absolutamente. En todo lo que escribo hay siempre
una especie de crítica constructiva, ya sea social, moral, psicológica,
filosófica…, en el sentido de hacer reflexionar sobre algún aspecto que a mí me
parece importante relativo a esta sociedad que nos ha tocado vivir, a nuestra
personalidad o a las relaciones humanas. Y esta obra presenta una crítica —encubierta
o no— de esta sociedad construida en torno al dinero y al poder que otorga, que
no siempre llega a envilecer a la persona, pero que sí nos hace perder la
conciencia de que la felicidad no tiene por qué estar asociada exclusivamente a
él, que no es más importante quien más dinero o estatus social posee, que el
hecho de disponer de recursos económicos no nos da derecho a avasallar y
menospreciar a quienes no lo tienen y que el objetivo a perseguir a lo largo de
nuestra vida es el de enriquecernos como personas para terminar con el corazón
y el alma llenos, no el bolsillo.
M.B.Vigo: Las cinco mujeres que protagonizan ‘Los colores de una vida
gris’ son frívolas, pertenecen a un status social muy alto. Una de las
principales dificultades que tiene esta decisión es la dificultad de que los
lectores se sientan identificados con ellas. ¿Eras consciente de esta
posibilidad?
P.M.A: Sí, era consciente de que no podrían sentirse identificados
con ellas, creo que es algo lógico además, cae por su propio peso; de lo que no
era consciente es de que este hecho, a algunos de ellos, les haría valorar la
novela negativamente. Es cierto que nos gustan los personajes fuertes, dignos
de admiración y a los que nos querríamos imitar, pero la literatura no solo
ofrece mundos idílicos, personajes memorables o acciones heroicas, también
muestra la crueldad de la vida, de la sociedad y de las personas que viven en
ella. Y no siempre tienen por qué ser los personajes secundarios los que
carguen con ese mal. Creo que una historia hay que analizarla por lo que cuenta
y cómo lo cuenta, con independencia de si a nosotros nos gustaría o no formar
parte de ella o tener el carisma de quienes la protagonizan. De cualquier forma,
como tú bien dijiste antes, hay dos partes diferenciadas en la novela con
personajes protagonistas en cada una de ellas. Los primeros son deplorables,
pero los segundos son humanos, sencillos y plagados de buenos principios y de
valores morales que sí son dignos de alabanza, sobre todo Ana, un personaje sin
desperdicio; sin embargo, no se repara en ellos en ese sentido y yo considero
que tienen tanta importancia y tanta incidencia para el sentido real de la
novela como las cinco mujeres con las que se inicia la historia.
M.B.Vigo: Hablemos más detenidamente de cada una de estas mujeres. Son
muy diferentes entre sí, y a la vez muy iguales. Elena, Laura, Olga, Teresa,
Linda ¿Qué hay tras estos nombres?
P.M.A: Tras Elena hay una persona presa de sus propias
contradicciones, producidas por sus orígenes y por sus miedos e inseguridades
ante la posibilidad de verse obligada a vivir precariamente después de haberse
acostumbrado a la vida fácil. En Laura vemos a una mujer visceral,
temperamental, fría y rencorosa, capaz de defender lo suyo y a quienes ama de
la forma que sea necesaria. Olga es una vividora, amante del dinero y de lo que
proporciona, déspota en sus actitudes hacia los demás y dispuesta a cualquier
cosa por mantener su status, aunque ello implique la pérdida de su propia
dignidad de manera consciente. Teresa es una mujer tímida, enamoradiza, con
poco carácter, viviendo un mundo en el que aterrizó por determinadas
circunstancias y en el que se ha acostumbrado a vivir, pero conservando más
humanidad de la que poseen sus cuatro amigas. Tras Linda apreciamos a una mujer
liberal, sin demasiados principios, amante de la vida cómoda y con un único
objetivo en su vida: asegurarse un boyante futuro económico con el que seguir
disfrutando de su existencia material.
Además de ellas, como digo, están
las protagonistas de la segunda parte de las que no quiero hablar para no
desvelar la trama, pero con las que sí se sentirán identificados muchos
lectores y con las que, sin duda alguna, empatizarán como no lo han hecho con
estas cinco.
M.B.Vigo: Sé que es difícil pero, ¿podrías decantarte por una de ellas?
P.M.A: Ninguna de estas cinco me complace, jaja, pero si tengo que
decantarme por una, sin duda alguna elijo a Teresa. Creo que en el fondo es la
que mejores sentimientos tiene, la más humana, la que mejores valores conserva,
aunque su carácter dependiente y un poco anodino la arrastre a practicar en
parte el estilo de vida que llevan las demás.
M.B.Vigo: En la segunda parte de la obra, una de ellas sufre un cambio
drástico en su destino. Mantendremos el incógnito para quién no la haya leído
pero, ¿Podrías decir por qué fue ella la ‘víctima’ de tu argumento?
P.M.A: Porque es a ella a la que se le ocurre ese juego
maquiavélico y descabellado, de mente enferma, que todas secundarán después. Es
cierto que no se hubiera llevado a cabo si ninguna se hubiera prestado a ello,
pero de alguna forma había que “castigar” a quien lo ideó, aunque yo
personalmente creo que más que castigarla terminé haciéndole un favor, jajaja.
También por su carácter. En el fondo es la más dependiente, la menos capaz de
valerse por sí misma siendo una de las más déspotas —paradójicamente—. Tal vez
por ello merecía vivir lo que vivió y aprender lo que aprendió.
M.B.Vigo: La publicación es, sin duda, algo hermoso pero también, un
obstáculo insalvable para muchos escritores. ¿Cuál fue tu experiencia en este
aspecto? ¿Cómo has conseguido lidiar con la maldición más fuerte de cualquier
artista (el anonimato)?
P.M.A: Afortunadamente, desde hace poco tiempo ya no podemos
considerar de forma estricta que la publicación sea un obstáculo insalvable,
porque existen plataformas que nos permiten autoeditarnos y poner nuestras
obras a disposición de los lectores de forma fácil. El anonimato que tú
refieres sí que lo considero un verdadero obstáculo tanto para la
autopublicación como para la publicación convencional, porque no te hace fácil
llegar a los lectores de forma autónoma y, a la vez, constituye un hándicap para
que una editorial decida apostar por ti, entre otros factores, por supuesto.
En mi caso, lidié y sigo lidiando desde
hace cuatro años con esa “maldición” a través de las oportunidades que me
brindan las redes sociales y la blogosfera literaria, a la que tanto debo. Ya
que no disponemos de herramientas útiles y eficaces que nos hagan visibles como
sí tienen las editoriales, contactar con blogs y web literarias e interactuar
con los amantes de la literatura —tanto lectura como escritura— a través de
Facebook, Twitter, Google+, blog personal… es primordial si queremos darnos a
conocer, apoyándonos siempre en las obras que ofrecemos y en nuestra forma de
escribir, claro está. Es un camino largo en el que hay que ir dando pequeños
pasos, con constancia, paciencia, espíritu de lucha y de superación de baches,
respeto por y hacia los demás, y hasta con mucha imaginación, diría yo.
M.B.Vigo: ¿Qué consejos le darías a un escritor que le teme a la
publicación?
P.M.A: Le diría que no es a la publicación a lo que debe temerle en
realidad, sino al hecho de no haber escrito una obra lo suficientemente digna
como para ofrecérsela a los lectores. Es cierto que sobre gustos no hay nada
escrito y que las críticas recibidas pueden ser negativas aunque tu obra tenga
calidad literaria suficiente, pero esa probabilidad resulta ser inversamente
proporcional. Mi consejo es que no se aventure a publicar hasta haber recabado
suficientes opiniones y valoraciones solventes de su obra como para poder
mejorarla lo máximo posible, y entre ellas no deberían estar la de familiares y
amigos que buscan más ofrecerle un apoyo moral y emocional que una ayuda
literaria. Se debe buscar a quien no tiene miedo de decirte la verdad y con
conocimiento de causa, es decir, con argumentos válidos y lo más objetivos
posible.
Cuando esas valoraciones sean
positivas y entusiastas, además de numerosas, su miedo a publicar habrá
disminuido considerablemente, aunque si es un escritor humilde y autoexigente
ese miedo jamás desaparecerá del todo, te lo garantizo, jaja.
M.B.Vigo: ¿Actualmente te encuentras escribiendo alguna nueva historia?
Tal vez puedas adelantarnos algo...
P.M.A: Tengo un proyecto en mente que no he empezado a escribir
aún, aunque sí tengo el argumento, la trama diseñada, los personajes
perfilados, los ambientes y ese mensaje —o mensajes— de fondo que quiero
transmitir. Puedo decirte que es una novela de Ficción Contemporánea que se
ajusta al estilo y a la narrativa de “Los colores de una vida gris”, con varias
líneas argumentales y una principal, y que también encierra una crítica social
con algunos otros matices de reflexión moral.
M.B.Vigo: La inspiración es muy importante para cualquier artista. ¿Qué
libros han inspirado tu literatura?
P.M.A: No puedo hablarte de títulos en concreto, porque a mí, más
que los libros escritos, me inspira la vida diaria, la psicología humana, lo
que veo y observo a mi alrededor a cualquier hora y en cualquier parte, lo que
reflexiono o llevo reflexionando durante años. En cuanto a la forma de
transmitirlo, tal vez el tipo de literatura que me inspira porque la considero
afín a mis gustos y preferencias es la intimista, la que persigue plasmar no
solo acciones, sino la forma de sentir de sus personajes, sus emociones, sus
conflictos, que son el motor real de cuanto yo escribo. Disfruto muchísimo con
ese tipo de novelas y cuando alguna de ellas cae en mis manos absorbo su estilo
narrativo, expresivo, la forma y manera en que canalizan todo eso hasta el
papel y, consiguientemente, hasta el lector.
Muchas gracias, Pilar, por tu
tiempo y tu sinceridad a la hora de responder a esta entrevista. Espero que tus
lectores disfruten tanto como yo de esta conversación. Te deseo la mejor de las
suertes en tu camino literario.
También yo te deseo a ti toda la
suerte del mundo, Miriam. ¡Gracias por tu invitación para charlar contigo, ha
sido un placer!
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