Rosa Montero es Bruna Husky. Y Bruna Husky es Rosa Montero. De hecho, posiblemente, tal vez, todos los personajes que ella ha creado a lo largo de si literatura, todos sí, hasta los malvados, hasta los que odiamos, son un poco de Rosa Montero, pinceladas de ella, de forma inevitable, e inequívoca.
He hablado de 'Lágrimas en la lluvia' en la entrada de este blog dedicada a la gran novela 'La ridícula idea de no volver a verte', una de las obras que más me ha transmitido en los últimos años, posiblemente por la humanidad y el sentimiento real que desprende (a fin de cuentas, se trata de una biografía, aunque sí que es cierto que no es sencillo conseguir que unas letras plasmadas en un papel se sientan tan tibias como un abrazo). 'El peso del corazón' es, pues, la esperada y anhelada continuación de la primera novela de ciencia ficción de la aclamada y talentosa Rosa Montero.
¿Ciencia ficción? Sería complicado ubicar esta obra en un solo género, dado el abanico de temas que condensa en su interior y, cómo no, el estilo personal e inimitable de la escritora. Bruna Husky, nuestra humana y sensible replicante, regresa a nuestras lecturas con más fuerza, más poder y más dolor, para volver a engatusarnos de nuevo, para volver a sentir que hemos viajado en el tiempo, que vivimos en un futuro hipotético, muy diferente a nuestra realidad y, al mismo tiempo, muy similar a la actualidad. Porque hay sentimientos, razones, relaciones y formas de sentir que son atemporales, que no cambian, sin importar que se trate de un humano o, en este caso, de una tecnohumana.
Bruna, torturada por el paso del tiempo y el temor a la muerte, se ve al cargo de una niña menor y agresiva que cae en sus manos por infortunios del azar. Con la impresión de avanzar de forma aturdida, se encuentra también al frente de un nuevo caso aparentemente sencillo. Luchando por evadirse de su final, cada vez más cercano (tres años, x meses, x días), la rep maneja con dificultad sus sentimientos, mucho más humanos e intensos de lo que le gustaría admitir.
Es completamente irrebatible que Bruna se trata de uno de los personajes más fuertes y carismáticos que la literatura hispánica (tal vez mundial) ha hecho nacer en los últimos años. No es sencillo encontrarnos con este tipo de almas que solo viven en los libros, no es sencillo que un escritor logre hacer latir un corazón hecho de tintas y papel. Si bien es cierto que se trata de una historia intensa, compleja, que abarca desde misterio, cultura clásica, crítica social, ciencia ficción, amor, drama e incluso género negro, el peso de la obra (del corazón de la obra) recae, en su inmensa mayoría, en nuestra inolvidable y amada Bruna Husky.
Rosa Montero, siendo una de mis escritoras favoritas, ha vuelto a demostrar toda la pasión y sentimientos que hay en ella y en sus obras. Haciendo alarde, hasta casi con facilidad, de su talento evidente para volcarse en las letras, nos vuelve a regalar otra nueva novela que guardar en nuestros corazones, ávidos de historias maravillosas. Imprescindible, desde luego, contar con esta escritora en nuestras biblioteca personal.
Leí en alguna parte que una novela buena es aquella que, al terminarla, desearías tomarte un café con su protagonista. Yo no me tomaría un café con Bruna, más bien optaría por una copa de vino en algún lugar de ese Madrid del futuro. Y sabría que, al mismo tiempo, también estaría junto a la propia Rosa Montero.
"La vida ama vivir, pensó Bruna"
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