El proyecto, desde luego, es atractivo. Las ilustraciones góticas, con un estilo más oscuro y atractivo, y un argumento con tintes oscuros que viaja desde Edimburgo a Granada (hermosa Granada), deteniéndose en la magia de París. El protagonista es un joven con un corazón mecánico. Estamos ante una representación vaga de lo que se conoce en literatura como realismo mágico, pero sin llegar a alcanzarlo en realidad. Pues, sin lugar a dudas, la historia no es verosímil ni por asomo. La fantasía chirría, y el reflejo de la realidad, con la Alhambra de fondo, casi molesta.
Leí esta novela por curiosidad, y creí que podría encontrar un cuento interesante (se decía que leer 'La mecánica del corazón' era como ver una película de Tim Burton). Sin embargo, a pesar de que el trasfondo no semejaba ser malo, la calidad literaria es pobre, poco explotada y mal esculpida. Un ritmo vertiginoso e infantil hace imposible que un lector exigente sea capaz de disfruta de tal simpleza. Ni siquiera los personajes, que prometían ser enternecedores, llegan a cobrar vida en ningún momento. Una verdadera lástima.
Creo que estamos ante un ejemplo del poder del dinero para todo. El autor es un músico de un grupo de rock, de una buena posición social. Un poco de inversión, un buen ilustrador, una buena editorial, publicidad desmesurada y... 'Voilá', novela publicada, sin que nadie se haya preocupado de medir su calidad real.
Es una lástima, porque si esta historia hubiera caído en manos más hábiles (un escritor negro, por ejemplo) tal vez pudiéramos haber estado ante toda una obra alegórica sobre el amor, con increíbles escenarios de fondo que el escritor apenas se ha molestado en describirnos. Y también, habíamos podido disfrutar de diálogos más creíbles y que reflejasen la verdad de las personalidades de los protagonistas. Al final tenemos a un anti-héroe enamorado insulso y a una joven bailaora bastante carente de calidez.
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