"Superele" no es una obra común. Una novela corta, o un relato largo, que ahonda en la figura de Laia, la protagonista de la historia, una actriz de teleseries lésbicas que en sus veintisiete años de vida nunca ha estado enamorada. Durante el rodaje de su último trabajo, conoce a Lucía, la guionista del largometraje. Juntas, y de forma precipitada, se embarcan en un viaje que hará que Laia experimente importantes cambios en sí misma.
La narrativa de Vanessa Ejea tiene matices muy interesantes. Esta novela romántica, con una fuerte influencia de la literatura intimista, es una demostración de la explosión mental que el lector puede vivir a través de Laia. En los primeros capítulos, su mente caótica toma el control del narrador: son sus miedos, sus agobios, sus anhelos, el pasado, el amor tan ausente, los que imperan en ellos. Y, al mismo tiempo, una dedicación tan aguda por su trabajo que viven más los personajes que interpreta que su vida propia.
Este, precisamente, ha sido uno de los matices que más me ha llamado la atención. Laia mantiene ciertos diálogos, o algo similar, consigo misma. Se metamorfosea para dedicarse a esos papeles de jóvenes enamoradas y atrevidas, que viven lo que ella nunca ha vivido. Eso parece satisfacerla, al menos hasta ese momento cuando, parece, que despierta de un largo letargo. Se trata de un proceso que la autora expresa como paulatino, que el lector puede sentir de manera propia.
Lucía es una simple excusa para evolucionar a la protagonista. No tiene una profundidad lo suficientemente importante para ser sobresaliente, pero es fundamental para la actriz. Ella sí que parece tener las ideas muy esclarecidas en su mente, y busca allanar ese camino a Laia, que parece vivir en un eterno bucle personal.
A partir del ecuador de la historia, se produce un cambio drástico, tanto en la forma como en el contenido. Eso me descuadró completamente. Sería complicado determinar si ha sido de mi agrado o no, pero lo que puedo decir es que a partir de ese momento me resultó imposible dejar de él. Desde luego, imprevisible.
Creo que Vanessa Ejea es una autora a tener en cuenta, con un toque diferente para las letras, una frescura novedosa y un gran afán de innovar. Hay que seguirle la pista.
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