"De tu ventana a la mía" es Arte Mayor, un film imprescindible, prácticamente perfecto, que ha abierto una brecha nueva y demasiado atractiva en el Séptimo Arte como para ser ignorada como tal cosa. Condensa en su sencillez pura la historia de tres mujeres, tres dolores, tres historias, tres ventanas. Cada una pertenece a su tiempo, años difíciles y claves en la historia tan turbia de nuestro país. Paula Ortiz, exhibiendo una sensibilidad pocas veces hallada en el cine, ha creado algo difícil de definir... pero extraordinario.
Los símiles con "Las horas" son inevitables. Y, tal y como ocurre con ella, creo que para degustarla, para disfrutarla, para comprenderla, hay que haber soportado tal angustia, tal dolor, tal límite en el alma. Felices, pues, aquellos que no la lleguen a sentir, aquellos que no la lleguen a entender . Porque, probablemente, no sepan qué es lo que pretende transmitir Paula Ortiz con estos tres crudos y vivos retratos. Posiblemente, jamás puedan asimilar las infinitas realidades que en ellos se condensan.
Violeta, año 1923 en plena dictadura de Primo de Rivera. Recluida en con su padre y asolada por una enfermedad psicológica debido a la muerte de su madre, la vida de la joven transcurre entre tarros de mariposas, flores arrancadas con hermosura y peces enjaulados en el agua.
"Háblame para que no se duerman mis sentidos"
Inés, año 1941. Franquismo. Ir en contra de las ideas establecidas está crudamente penado. El regreso de Paco parece volver a otorgar luz a su vida, pero cuando su marido es encarcelado, las sombras empiezan a asolar de nuevo a una mujer condenada.
"Que me sé tu calor de memoria. Por si un día te vas o te escondes"
Luisa, año 1975. La libertad, después de toda una vida de luto, parece empezar a olerse por las calles. Pero ella siente que nunca ha vivido... pero es algo de lo que tan sólo se da cuenta cuando es diagnosticada de cáncer de mama, y su reloj vital empieza a precipitarse.
"Dame un beso como en las películas"
¿Unidas? Sí. De ventana a ventana. De esas miradas que se pierden en el infinito y de la dolorosa respiración. De llorar en silencio, o de llorar tan fuerte que quiebra el alma, que rompe el viento. Hay un hilo de tejer, que teje la vida, y que la rompe. Un hilo blanco que, por momentos, se tiñe del color de la sangre derramada, o la sangre de las horas que se evaporan como una maldición. ¿Y la felicidad? La felicidad no está hecha para ellas. Parece que su vida, su existencia, está maldita, está oscura. Apenas tiene luz.
"De tu ventana a la mía" es una explosión de arte sin precedentes. Una nueva forma de contar historias, de hacer cine, de hacer teatro, de homenajear la poesía, de entender la hermosura de la mujer y de ahondar en sus complejos sentimientos. Es una reflejo voraz del paso del tiempo y de la ignorancia del alma a tal hecho. Es un canto al amor, al amor perdido, o al amor nunca encontramos.
Bebe, Paula Ortiz, de su amor por uno de los dramaturgos más importantes de la literatura: Federico García Lorca. En el film encontramos claras referencias a "La casa de Bernarda Alba", "Yerma", "Bodas de sangre". Infinidad de retazos que la directora refleja con un acierto milimétrico que es imposible de ignorar.
Es hasta doloroso que una película tan extraordinaria, tan poética, hermosa y humana sea tan duramente ignorada en el mundo del Séptimo Arte. Clasificada como "cine de mujer" es, con total certeza, una de las historias más hermosas, dolorosas e inolvidables que he tenido el gusto de disfrutar, doler, oler, sentir, palpitar y vivir.
Imprescindible, única.
No hay comentarios:
Publicar un comentario