El director de Iron Man, Jon Favreau, adapta esta historia basada en hechos reales, sobre un Chef que, desubicado en su trabajo y vida personal, emprende una aventura gastronómica en furgoneta. El propio director es, también, el que protagoniza el film, pudiendo reflejar más fielmente el que es tambén su guión.
Denota, sin lugar a dudas, un entusiasmo por parte de su director/guionista/actor principal que pocas películas pueden presentar. Reflejada con tibieza, un ritmo lento y pausando, huyendo (sólo en ciertos momentos) de los tópicos y creando un guión que va dando tumbos acertados, recrea, a su manera, esta fantástica historia basada en hechos reales.
Sin embargo, y a pesar de su entretenimiento, su originalidad y distinción, el film no llega a brillar del todo, parece no alcanzar el nivel elevado que pretende, ni tampoco la conexión necesaria al espectador. Podemos clasificarla como agradable pero tristemente olvidable, lo que sin lugar a dudas deja un sabor agridulce y algo frustrante, cuando un buen plato no llega a estar del todo bien elaborado. Aunque también es cierto que, de la historia, no se podía explotar mucho más.
Digamos pues, que no evoluciona, se mantiene en una posición cómoda, poco arriesgada y sin demasiado alarde. Una más.
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