Un tema recurrente en el cine es viajar a los años 80's, al florecimiento negro del SIDA entre los sectores homosexuales y drogadictos de la sociedad del momento. Dallas Buyers Club juega todas sus bazas a una temática curiosa, dura de ver (que a nadie le resulta agradable), en impresionantes caracetrizaciones: resulta que se nos presenta un Matthew McConaughey demacrado y enfermo, y un Jared Leto interpretando a un@ transexual. Pequeñas joyas, pequeños detalles, que conforman un film sólido, de cierta calidad, pero que no termina de cuajar.
A pesar de dramatismo y el sufrimiento que refleja, el guión no termina de motivar, siendo insulso, y poco sorprenderte. El espectador no solo conoce casi de antemano el desenlace, si no que, además, se le explica constantemente las mismas permisas, hasta el punto que resulta repetitiva. El guión se esfuerza en evolucionar, con situaciones variopintas, pero que saben a poco y suceden demasiado deprisa (a pesar de las casi dos horas de duración).
Personalmente, la aclamada actuación de nuestro queridísimo Leto no ha sido tan impresionante como me esperaba. Si bien ha sido hasta divertido verlo en ese plan, no me lo he llegado a creer en ningún momento. Tal vez exagerado, o tal vez no era el actor idóneo para el papel, pues lo único que lo respaldaba era su propio nombre (y un físico adecuado).
Recomendable únicamente para aquellos interesandos en conocer los entresijos sociales que se vivió en esa dura época de la pesta de VIH que, además, está basada en hechos reales. Para los que buscan ver un buen film, tal vez no encuentren lo que buscan.
LO MEJOR: La interpretación de Matthew McConaughey.
LO PEOR: Es insulsa y repetitiva
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